lunes, 22 de junio de 2020

Cuando todo va mal... recuerda que todo puede ir peor.

Buenas noches a todos, dada la relevancia de la información plasmada en este artículo, me permito compartirlo integramente  para su lectura




LA EPIDEMIA DE MUERTES EN ECUADOR. BOLETÍN EPIDEMIOLÓGICO.

Tomado de https://periodismodeinvestigacion 22 de junio del 2020
Autor: Daniel Ruiz: Magister en Epidemiología y Salud Colectiva



El cuerpo humano puede modificar su posición después de la muerte ...


 
Los estudios epidemiológicos, en el caso de las enfermedades transmisibles, como la enfermedad por coronavirus 19 (COVID-19), permiten que los tomadores de decisiones se anticipen a un brote (cluster), epidemia o pandemia. La controlen o al menos mitiguen los daños que esta produce. Estos propósitos pueden ser conseguidos solo si se cuenta con información confiable. Los cuestionamientos sobre la calidad de la información han sido el pan de cada día. Según la base de datos mostrada por la Organización Mundial de la Salud hasta el 11 de junio de 2020 Ecuador reportó: -3991 casos de Covid-19, como consecuencia de la “depuración de los datos”.
Para entender la distribución de la enfermedad en un territorio es necesario recurrir a medidas que nos permitan hacer comparaciones, como las tasas (incidencia, mortalidad, letalidad). No es lo mismo tener 100 casos de una enfermedad (p. ej., COVID-19) en una población de mil personas que tener 100 casos de la misma enfermedad en una población de diez mil.
El número de casos sirve para construir las tasas y es insuficiente para comprender la distribución de los eventos en salud. Las tasas, al igual que el número de casos, pueden ser mostradas en mapas como aquellos elaborados por las instituciones del Estado. Mapas como el que se muestra a continuación ocultan la verdad.


Los casos (incidencia)
Las cifras oficiales publicadas hasta el 10 de junio del 2020, muestran 44440 casos confirmados y 3720 fallecidos a causa de la COVID más 2462 fallecidos probables a nivel nacional (Total 6182).
Las provincias más afectadas en relación a su población son Guayas, Pastaza, Santo Domingo Napo y Zamora Chinchipe.

La letalidad
No es lo mismo enfermarse por coronavirus en Galápagos que Santa Elena. En esta última provincia de 836 casos fallecieron 288; es decir que allí murieron 1 de cada 3 personas infectadas por el SARS-CoV-2. Por otro lado, Guayas y Pichincha, pese a que acumulan el mayor número de casos, tienen tasas de letalidad relativamente bajas. Esto pone en evidencia la falta de conocimiento científico, capacidad de gestión y planificación. Además pone en manifiesto la profunda inequidad que existe en el acceso a los servicios en salud; si hubiera equidad, al menos en el acceso, todos tendríamos la misma probabilidad de morir ante la infección.

La “epidemia de muertes”
El número de muertes, a causa de la COVID-19 es aún desconocido. Sin embargo, podemos usar un método epidemiológico simple para tener una idea: el canal endémico (usando los cuartiles).
Un canal endémico es una representación gráfica del comportamiento de una enfermedad o situación en salud en los últimos 5 a 7 años. Estos datos permiten construir zonas de: éxito, seguridad, alarma y epidemia y se los compara con el año en curso. Este método sirve para advertir que nos encontramos ante una “situación inusual” que podría ser clasificada como un brote o epidemia de una enfermedad (no necesariamente de una infección).
Usando los datos sobre los fallecidos inscritos entre enero y mayo de 2020 (48395 defunciones), proporcionados por la Dirección Nacional de Registro Civil Identificación y Cedulación (DNRCIC) y los datos del Instituto nacional de Estadísticas y Censos (INEC) sobre las defunciones desde 2015 a 2019, tenemos información suficiente para construir el canal.
Hasta junio de 2020, provincias como Guayas y Santa Elena duplicaron su tasa de mortalidad general comparada con 2019. Otras como Manabí , Santo Domingo de los Tsáchilas, El oro, Los Ríos, Tungurahua y Pichincha no llegaron a duplicar su tasa, pero es evidente el incremento de la mortalidad.

Las pruebas
Dependiendo de cada enfermedad y del contexto, una prueba puede ser más o menos útil. En el contexto del Covid-19, existen pruebas que detectan: la presencia del material genético del virus en ese momento (rt PCR) y otras dan cuenta de que el virus estuvo hace poco tiempo (pruebas rápidas como IgM o IgG). Dicho de otro modo. Las pruebas de inmunoglobulinas sirven para saber que tuvo una infección, pero no permiten saber exactamente cuándo.
Si sus síntomas han iniciado recientemente y se hace una prueba rápida (inmunoglobulinas) el resultado siempre será negativo porque pese a que usted este infectado/a, ha transcurrido muy poco tiempo como para que el cuerpo genere anticuerpos y puedan ser detectados por este tipo de pruebas.
Las pruebas rápidas sirven para determinar qué cantidad de la población se infectó en un período de tiempo (estudios de seroprevalencia). No sirven para confirmar o descartar un caso de Covid-19. Tampoco sirven como argumento para retornar o no al trabajo, tal como menciona la guía para el uso de las pruebas emitida por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), entidad en la que el ministro actual menciona que fue entrenado por décadas.
Sobre el uso de las pruebas rápidas, el Protocolo de Uso de Pruebas Rápidas para Detección de Anticuerpos Contra SARS- Cov-2/Covid-19” emitido por el Ministerio de Salud pública menciona: “Este tipo de pruebas hasta el momento no se recomiendan para el diagnóstico, dado el amplio período de ventana (7-10 días), estas pruebas pueden servir de cribado o tamizaje a personas sintomáticas con antecedentes de contacto y para levantar el perfil de seroprevalencia de la población”.
Pese a lo establecido en el protocolo que la misma institución elaboró, esta cartera de Estado reporta que hasta el 10 de junio de 2020 usó 11616 pruebas para descartar casos. Tal irresponsabilidad conduce a que un gran porcentaje de pruebas usadas para descartar estos casos, sean falsos negativos. Dicho de otro modo, la prueba no fue capaz de detectar que alguien estaba enfermo porque el mismo MSP las usó de manera inadecuada.
Las pruebas diagnósticas han sido mal utilizadas por la Red Pública de Salud, pero también por los prestadores privados (red Complementaria Privada), todos han hecho negocio con ellas.
La mala gestión de la emergencia ha sido consecuencia del robo, despilfarro y del uso inadecuado de la ciencia para resolver los problemas de la sociedad.
El discurso oficial y el manejo inadecuado de la información ha tenido consecuencias devastadoras sobre la población.

jueves, 11 de junio de 2020

Las pandemias vistas a través del arte

Buenas noches, en esta ocasión les traigo un tema bastante interesante sobre como los artistas plasmaron en sus lienzos los dramáticos momentos que se pueden presenciar durante una pandemia o  enfermedad.



Edvard Munch (1863-1944)
Edvard Munch es el autor del famoso cuadro “El grito”, que ha servido de inspiración para uno de los emojis más utilizados. Su obra muestra una persona gritando y su dolor parece teñir todo su entorno.
Con este cuadro, Munch reflejaba la angustia que el mismo sentía, pues su vida estuvo marcada por la enfermedad y la tragedia. Su madre y su hermana murieron de tuberculosis y él mismo estuvo afectado por la epidemia de gripe española que tuvo lugar en 1918.
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Alexandre Jean-Baptiste Hesse (1806-1879)
Otro artista que vivió una pandemia en primera persona fue el pintor Tiziano, que murió en Venecia durante la peste que asoló la ciudad italiana en 1576.
Siglos más tarde, en 1832, el pintor francés Alexandre Jean-Baptiste Hesse quiso rendir homenaje a Tiziano pintando un gran cuadro que muestra el impacto de la peste en Italia. Esta enfermedad se transmitía a través de las ratas.
En su obra, Hesse recrea la muerte de Tiziano en un contexto de pandemia que acabaría provocando una gran mortandad en el norte de Italia. El cuadro de Hesse se puede ver hoy en día en el Museo de Louvre.

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Domenico Gargiulo (1609-1675)
El pintor napolitano Domenico Gargiulo, conocido con el sobrenombre de Micco Spadaro, retrató en sus obras la gente de su ciudad y la forma de vida en el siglo XVII.
Una de sus obras retrata el impacto de la epidemia de peste en 1656. En esta obra colosal, pintada un año después de la epidemia, se pueden ver los muertos por la enfermedad, la gente que amontona los cuerpos y los que asisten a los enfermos tapándose la boca y la nariz para no contagiarse.

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Francisco de Goya (1746-1828)
Hacia 1797, tras sufrir una enfermedad que le obligó a recuperarse durante un tiempo en Sanlúcar de Barrameda y que le provocó sordera, Goya cambió su estilo.
Si hasta entonces había creado obras retratos y cuadros decorativos para la nobleza, a partir de ese momento su pintura se volvió mucho más oscura y crítica.
Nació así su serie de grabados conocidos como los Caprichos , que satirizan sobre los defectos de la sociedad de su época. De regreso a Madrid, siguió pintando cuadros de este estilo, como el Corral de apestados , en el que ilustra el horror de los hospitales llenos de enfermos durante una epidemia.

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Juan Manuel Blanes (1830-1901)
Esta emblemática obra del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes representa la epidemia de fiebre amarilla que tuvo lugar en enero de 1871 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
En aquel momento, se trataba de una enfermedad totalmente desconocida, de la que no se conocían los síntomas ni los efectos, y ni siquiera se sabía que se transmitía a través de los mosquitos.
No fue hasta 1881 cuando el doctor cubano Carlos Finlay consiguió identificarla. La obra de Blanes se puede ver en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.

Archivo:Juan Manuel Blanes Episodio de la Fiebre Amarilla.jpg ...


Sin título (siglo XIV) Anónimo
Enfermedad: Enfermedad de la lombriz de Guinea o dracunculiasis.
La siniestra lombriz que emerge de la pierna de San Roque (un peregrino francés del siglo XIV) ha puesto sus huevecillos en el interior del cuerpo y las larvas saldrán de él cuando estén listas para nacer. La hembra del Dracunculus (una especie de gusano de entre 0,6 a 1 metro de largo) se introduce en el cuerpo humano cuando una persona bebe agua contaminada de un charco o riachuelo. Un año después emerge por las extremidades inferiores a través de una úlcera. En la actualidad esta especie de gusano se encuentra únicamente en ciertas regiones de África donde las condiciones de salud son escasas.

Las peores enfermedades de la historia en 12 obras de arte 3



Opisthotonos" (1809) Sir Charles Bell
Enfermedad que retrata: Tétanos
El soldado moribundo de esta pintura padece una infección causada por la bacteria Clostridium tetani, la cual ocurre cuando una herida abierta no recibe la atención pertinente y se infecta de manera grave. El opistótonos es el nombre que recibe la postura rígida de los pacientes con este mal cuyo cuerpo se arquea de manera violenta y muestran una especie de mueca sumamente marcada en los labios. Charles Bell fue uno de los más importantes anatomistas y cirujanos de su tiempo.
 

Las peores enfermedades de la historia en 12 obras de arte 11


"Herencia" (1897-1899)
Edvard Munch
Enfermedad que retrata: Sífilis congénita
El pintor noruego Munch retrata el dramático caso de un bebé con sífilis transmitida por su madre, quien llora desconsolada al contemplar el estado de su hijo. Este tipo de enfermedades se caracteriza por supuraciones y llagas en el pecho del menor, piel pálida y arrugada, considerable peso bajo y deformaciones en los huesos. La desesperación de la escena es terrible, tanta que la obra recibió el rechazo del público al momento de ser expuesta. Su autor dijo al respecto en una carta dirigida a un amigo: «mi niño sifilítico colgado en mi propia sala, obtuvo el mayor éxito de hilaridad. Era como una representación teatral con mucha gente riendo y llorando». 
 
Las peores enfermedades de la historia en 12 obras de arte 12


El triunfo de la muerte (1562), de Peter Brueghel el Viejo, 
Retrató las consecuencias de la peste que asoló el continente en el siglo XIV y la descomposición de la vida política y social de la época antes de la Guerra de Flandes, entre España y la región que ahora son los Países Bajos.


Retrato de Fernando II de Médici (1626),  Joost Sustermans,

La viruela, otra de las enferemedades más mortíferas de la historia, quedó plasmada en el arte. Se pueden apreciar claramente las vesículas que produce la viruela en quien la padece.
 

San Pedro cura a los enfermos con su sombra (1425) de Masaccio
Obra en la que se aprecian los apoyos de madera de los que se valían este tipo de enfermos para moverse.

La familia (1918) Egon Schiele
El pintor Egon Schiele, fundador del expresionismo austríaco y discípulo de Gustav Klimt, retrató a su maestro justo después de que este muriera de gripe. El drama de Schiele, marcado por la influenza española, quedó retratado en el cuadro La familia (1918). Su mujer que estaba embarazada murió a causa de la enfermedad y días después lo hizo el pintor, que nunca terminó la obra.